martes, 25 de octubre de 2011

Love Lettering Project



En Niagara-on-the-Lake hay un café que se llama Balzac Coffee, allí no escribí nada aquella tarde de lluvia, pero ahora puedo pensar que si escribí algo. Aquella tarde llovió muy duro durante unos minutos, pero así como a veces sabemos o intuimos que algo por muy intenso que sea se va a terminar, así se sabia de antemano que aquella lluvia no duraría mucho. En esa tarde recibí por primera vez un café caliente en un vaso de vidrio, mientras los rayos de sol se iban mezclando de forma gradual con el olor de la tormenta que se ha ido. En la mesa donde me senté había un recorte de periódico, solo un pedazo de periódico recortado por alguien que ya no estaba. Pensé que ese artículo separado, extraído de todo el cuerpo del periódico era ya diferente, así las letras fueran las mismas, pues aquellas letras tenían o habían tenido un significado para alguien; y como si el hecho de recortar y separar fuera por naturaleza una recomendación de lectura, me fue inevitable el pasarlo por alto. El título del artículo: Delivering joy, one letter at time, cuenta que Amanda Geensen estaba caminando con su amiga de regreso a casa entre el área de Queen y Woodbine (Toronto) en junio cuando vieron a una mujer dejando un sobre en un dispensador de periódicos. Amanda pensó en lo raro que era esto y siguió de largo, pero al regresar y pasar por allí, tomó el sobre que solo tenía la palabra amor en él, lo abrió y dentro encontró un poema escrito para la playa, un poema dirigido a la playa: aquí viene la traducción de un fragmento que trataré no sea otro poema diferente al original en inglés, pero acaso una traducción no es una reescritura, una reelaboración?

Me encanta pues amplias la ciudad y ofreces ventanas al lago y conversaciones a extraños.

La mujer que dejó el sobre en el dispensador de periódicos era Lindsay Zier-Vogel de 32 años, y el poema fue uno de los casi 500 que ha dejado dispersos por toda la ciudad de Toronto durante el pasado verano y que forma parte de su proyecto Love lettering, el cual inició siete años atrás. La idea para este verano era preguntarle a la gente lo que les gustaba de la ciudad, resultando 65 poemas que escribió como su respuesta personal a dicha pregunta.

Nadie sabe quién va a recoger los poemas y nadie sabe quién podría tener problemas con ellos al encontrar uno de los sobres en el parabrisas del carro, problemas maritales quizás; y aunque me  hubiera gustado hallar uno de los sobres en el Balzac Coffee (una ubicación imposible para los sobres), por lo menos encontré el recorte de prensa y la historia.  Hace unos años me encontré en la Buitrera de Holguines, en Cali, un listado de un enamorado, un listado de las tres mujeres más bellas del mundo, la primera su novia, la segunda y la tercera: Madonna y Penélope cruz, pero la verdad es poco probable que once años después esta lista permanezca invariable, así es la vida, modificable y en algunos minúsculos momentos inmodificable también.


 Lindsay Zier-Vogel


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