lunes, 26 de noviembre de 2012

Visaro




Cortázar + Goya



Leyendo Trilce de Vallejo, aquel libro de poemas publicado en 1922 con un tiraje de 200 ejemplares y que definiría la vanguardia poética de las letras hispanas, repaso los viajes que dichas letras relacionan con otras que ya hemos leído antes; y entonces tomo las palabras del “maquinista” que no se si son propias o prestadas cuando dice: Poeta: redes extrañas entre realidades distantes. Y creo no una nueva maquina, o por lo menos no de forma consciente, pudiera parecer más bien un piñón de dicha maquina, pero lo que encuentro es un artefacto, una herramienta que nos permite, no ver, sino solo delimitar y enfocar nuestra vista, un simple aro de metal que no llega a ser un catalejo, un aro por donde se ve un cuadro, se lee un libro o se ve a un niño correr en la playa. El mismo aro que enfoca el cuadro pero que permite verlo fuera del aro, ver dentro del aro, o ver fuera del aro, enfocar las paginas del libro, o enfocar las letras que se escapan del aro, ver al niño correr, o ver fuera la pelota que se aleja y por la que tanto corre antes de irse al mar.

El aro se lleva en el bolsillo, sin necesidad de mucho espacio, dejando que su uso irresponsable superponga todo a su alcance. El aro sirve pero a la vez es inútil al enfrentar las variantes de cualquier camino, con la ventaja que nuestro recorrido, formado de lecturas, ideas, rabias, amores, pinturas, imágenes, sonidos, nostalgias, alegrías y revisitas, se puede hacer y deshacer un sin numero de veces con la certeza de nunca estar en el mismo punto. Leo a Vallejo y pienso en aquel rincón que se me vuelve un extenso campo inexplorado:

XV

En el rincón aquel, donde dormimos juntos
tantas noches, ahora me he sentado
 a caminar.

Esta noche pluviosa,
Ya lejos de ambos dos, salto de pronto…
Son dos puertas abriéndose y cerrándose,
dos puertas que al viento van y vienen
sombra a sombra.


Cesar Vallejo, Trilce (1922).


Leo y pienso en el salto que a nuestros ojos representa el mundo, el salto que forman las imágenes y las lecturas de aquellas, las lecturas de la pugna de unas letras junto a otras que nos refieren a las cosas y que algunas, muchas veces, nos refieren a nosotros mismos en un recorrido anterior, recorrido futuro o un recorrido instantáneo; las palabras que veo a través del aro que no me atrevo a nombrar, pero que al pensar en Trilce y el posible origen de dicha palabra que no existe, Trilce, y que puede evocar tanto a tres como a la yuxtaposición de triste y dulce, me pone a pensar en el artefacto/herramienta con el que trato de visualizar el viaje, los caminos y sus cruces con las variantes que tomo y las que no tomo, entonces me viene la idea de visor y de aro, llegando a la obviedad de la palabra visaro y la idea indefinida de unidad.

La mirada del visaro mira una pagina de Cortázar, dejando por fuera la obra de Goya y viceversa, mira múltiples universos socio-culturales, mira las obras de dichos universos, que a su vez tienen su origen en un cruce y encuentro de caminos. Buenos Aires, París, Zaragoza, Burdeos, Roma.



Goya + Cortázar

jueves, 8 de noviembre de 2012

El Perro y el Automóvil


 

 

Hoy se clausura en España la Octava Conferencia Internacional Literatura y Automóvil, organizada por la Fundación Mapfre. La inauguración fue el pasado lunes 5, con la conferencia del querido y no tan querido Bryce Echenique (aquel del plagio y la polémica en el reciente premio de la Feria de Guadalajara en México); pero lo que realmente me interesa (y como siempre cada elección es subjetiva) es la conversación que sostuvieron el martes 6 los escritores Paul Theroux (Massachusetts, 1941) y Cees Nooteboom  (La Haya, 1933), este ultimo no tiene mucho que ver en el denominado Boooom de que escribí la semana pasada. La charla que sostuvieron y que fue moderada por el periodista y editor cultural de El País de España Juan Cruz, se titulo: Dos en la carretera. El titulo no podía ser otro tratándose de la presencia del viaje en las obras de ambos escritores y debido al tema mismo de la conferencia.

Otro tema interesante fue el presentado por James Ellroy (Los Ángeles, 1941) y titulado: El automóvil en la novela negra. De Ellroy me viene más a la mente el recuerdo de dos de sus obras llevadas al cine: The Black Dahlia (1987) y L.A. Confidential (1990), la primera con Hilary Swank y Scarlet Johansson recreando aquel crimen no resuelto de Elizabeth Short ocurrido en Los Ángeles en 1947. La segunda con la rencontrada Kim Basinger.

Bueno pero mi interés, antes que en novela negra, se centra en la novela de viajes, de encuentros  y casi por obligación y permeabilidad, de transposiciones, conexiones, convergencias e intertextualidades. Pues cada viaje de Theroux y Nooteboom se relee y se rescribe  en el momento de enfrentarnos a sus textos.

Aquí un paréntesis, el verbo enfrentar, enfrentarnos. Reviso las definiciones que trae el RAE (Real Academia Española) y busco los motivos por los cuales no me gusta dicho verbo al hablar de dos textos, pero encuentro que la primera definición habla de poner frente a frente, y entonces, sin explicación, entiendo que para mi de alguna forma las dos siguientes definiciones son las que primero vienen al escuchar dicho verbo. Hacer frente al enemigo y hacer cara a un peligro. Entonces encuentro que las relaciones que hacemos entre palabras y significados que puede ser tan dispar como aquella de lectores y escritores, y que de cierta forma viene alimentada de nuestro consumo: visual, auditivo, textual y hasta sexual. En fin, enfrentar debe ser entonces un buen verbo. (Hoy hable a los estudiantes de español de lo nutritivo de la lectura?)

La vida trashumante de ellos, Theroux y Nooteboom, puede ser un buen pretexto para viajar, para continuar o regresar por ese viaje que anuncian las imágenes, las palabras y los recuerdos. De los libros solo nombrar dos: My Other Life (1996) de Theroux sobre la vida ficcional del propio escritor y sus viajes entre África e Inglaterra. Lost Paradise (2004) de Nooteboom sobre dos mujeres brasileñas que viajan a Australia, y un crítico literario Holandés que viaja a un spa en Alemania.

Dentro de tanta intertextualidad se puede llegar a la confusión y a la perdida total, perdida de rumbo, de caminos, como este que dejo a propósito, pues en esta entrada se hizo alguna referencia del automóvil, o por lo menos su contexto, pero del perro?

Del perro escribiré después.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Poemas de José Juan Tablada



La masía, Miró (1921-22)

Dos poemas de José Juan Tablada, México 1871-1945: su poesía superpuesta sobre el rastro del maestro del Haiku: Basho, Japón 1644-1694. A diferencia del texto original de Tablada rodeado de los dibujos de Best Maugard, se superpone La masía (1921-22) de Miró, aquel traslapo donde los objetos se yuxtaponen marcando la distancia y la perspectiva entre ellos. Hay un primer plano de objetos, sobre un segundo plano liderado por la casa. De igual forma la poesía de Tablada deja ver de entre sus palabras, las figuras de un Basho incandescente.


Hotel "La Esperanza"
En un mar de esmeralda
buque inmóvil
con tu nombre por ancla.

(Bogotá, Colombia)
El Jarro de Flores, De Camino, 1922



Panorama
Bajo de mi ventana, la luna en los tejados
y las sombras chinescas
y la música china de los gatos.

El Jarro de Flores, Paisajes, 1922

boooom (latinoamericano)




Tomando una fuente que de forma paulatina adquiere mayor aceptación, pero que de igual forma (y no se si por su carácter colaborativo y anónimo) mantiene gran reticencia de parte de los puristas del uso de las enciclopedias, encuentro un listado de los autores latinoamericanos que la historia, dicha historia, incluye como representantes del boom latinoamericano y otra de precursores del mismo boom; me doy cuenta, sin emitir ningún juicio que sueñe ser absoluto, que mis preferencias han estado con los autores que precedieron lo que el negocio editorial termino por impulsar como el boom latinoamericano. 

Desde hace algunos años ha hecho carrera la idea de la negación del boom, de aquella frase de "matar al padre" que la verdad no entiendo (me explico o creo explicarme: los que hablan de "matar al padre" no niegan al boom, por lo menos no de forma sincera. Lo reconocen, lo admiran y lo niegan). Es como una tendencia de decir lo importante del boom y lo alejado que estamos ahora de él, no solo hablando del tiempo sino de los intereses que dichas narrativas abrían para nosotros.  

Es evidente y natural el cambio de los tiempos, de las tecnologías y de los encantos y desencantos de la vida, moderna o postmoderna como dicen los pensadores; por lo cual deben ser natural los diversos caminos que las narrativas han ido tomando desde aquellas décadas de los sesentas y los setentas. 

Nada tan alejado como negar el interés que genera en los lectores de hoy alguna novela de Fuentes, Vargas Llosa, García Márquez o Cortázar, por nombrar algunos. Y nada tan alejado como el negar los puntos de contacto de aquellas historias con nuestras sociedades del siglo XXI. Otra Maga puede estar a la vuelta de la esquina.

Creo que no se trata de estar a favor o en contra, o estar a favor con una lapida en la mano, una reverencia por aquellos maestros canónicos y una pila de sus libros en los estantes de los libros que nunca serán buscados. La única verdad debería de ser el regreso y la re lectura de los libros a los que no podemos resistirnos.

La lista de autores según Wikipedia de autores precursores del boom: ocho autores entre los cuales están cuatro que rondan mis lecturas y re lecturas: Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Juan Rulfo y Juan Carlos Onetti.

Opiniones contemporáneas sobre el boom: 

sábado, 3 de noviembre de 2012

reinicio del lector


A Canterbury Tale, 1944


Todo en este blog llega a veces tarde, anacrónico quizás como son las lecturas o las películas que terminan por gustarnos. Esas o esos que se atraviesan a tareas más urgentes. Ahora debo de preparar una presentación sobre el relato de Borges titulado El Inmortal, ¿y como hacerlo sin referirme a los sucesos que se narran en el texto y como referirme sin evitar en la tentación de terminar por leerlo palabra por palabra hasta agotar el tiempo del ejercicio? Cualquier lectura diferente será incompleta. Por ahora el texto de Borges me refiere a la imagen de un hombre que ve en una película la imagen y el recuerdo de otra que ha visto anteriormente y de la que no recuerda su nombre. Debo corregir o mejor precisar, pues no ve la misma imagen, pero dicha imagen le trae en forma de recuerdo la otra. Ambas son diferentes pero es en dicho espectador donde las dos se conectan, se establecen en el presente como si compartieran un mismo origen. Dicho suceso lo he tomado de Victor Burgin quien lo cuenta en un pequeño libro de hermosa portada recostada en  azul con el rostro de una mujer tomada de la película A Canterbury Tale (1944) de Michael Powell and Emeric Pressburger. El Libro de Burgin: The Remembered Film (2004).

La memoria crea conexiones y relaciona, ignorando el peso del tiempo, significados diversos: textos, películas, rostros, voces y/o el murmullo de un poema. Dichas interconexiones, relaciones o vínculos no existen, y solo son posibles con la intervención del lector, de aquel lector de textos, películas  rostros, voces y/o el poema que ya leyó antes y que ahora relee en uno nuevo.


"La historia que he narrado parece irreal porque en ella se mezclan los sucesos de dos hombres distintos"
El Inmortal, Jorge Luis Borges, 1949.


The Remembered Film, Victor Burgin (2004)