sábado, 30 de enero de 2010

Agassi y el futbol colombiano?!


Higuita y su carrera interminable, Italia 1990.


Era septiembre del año 90, aún se mantenía el sinsabor de la nefasta jugada de Higuita en el Mundial de Italia, y casi que todavía podíamos ver celebrar a Roger Milla ese gol bailando con el banderín del punto del cobro de esquina. En ese mes empezaba en New York una de las más espectaculares rivalidades en el tenis norteamericano y mundial, André Agassi vs Pete Sampras. Agassi para ese entonces estaba clasificado en el puesto 4 de la Asociación de Tenis Profesional (ATP) y Sampras en el puesto 12, y contaba el primero con la ventaja de haber ganado el único partido disputado hasta el momento por los dos, era un juego que Agassi tenía ya ganado desde la noche anterior, recordando su victoria y el haber visto un Pete Something con lastima meses atrás hasta llamarlo como: el pobre torpe que no podía mantener la bola en el campo de juego. Esa final le daría a Sampras su primer grand slam y a Agassi la primera derrota del capítulo Agassi-Sampras. Creo que era domingo, día en que se juegan las finales y recuerdo que mis esperanzas estaban con Agassi, pero tanto él como muchos, nos empezamos a acostumbrar a ver ganar a Sampras con su estilo nada espectacular, efectivo, y su cabeza gacha y su silencio ante la victoria o la derrota. Después de esa victoria vendrían muchas más de Sampras, hasta completar 14 títulos de grand slam y una regularidad envidiable, pero mis afectos siempre estuvieron con Agassi, un jugador que fue capaz de ser numero 1 para caer luego hasta el puesto No. 141 y levantarse de nuevo hasta volver a la cima a los 33 años. La contradicción, como Agassi lo dice en su autobiografía de 386 páginas publicada por Knopf y titulada en ingles Open, marcó y definió toda su vida, la contradicción de un niño de 7 años obligado por un padre totalitario a jugar tenis, a enfrentarse con una maquina lanza pelotas todos los días y a tener que ser algún día el numero uno por disposición paterna. Esa misma contradicción lo llevo a perfeccionar su juego al mismo tiempo de sentír odio hacia él, y quizás ese odio no era hacia el juego en sí, sino más bien a no haber podido escoger su vida y ser ya muy tarde para pretender cambiarla. Todo esto no podía yo saberlo en ese Septiembre de 1990 cuando veía como Sampras derrotaba a Agassi en tres sets corridos y me convertía en esa forma en seguidor de la víctima. Ese día de la final salía yo de mi casa caminando hasta la casa de mi amigo Reynaldo con el mal sabor de la derrota de Agassi, sin saber que Sampras sería un campeón y Agassi un campeón y un soñador: Que lindo es soñar despierto le diría su entrenador personal Gil Reyes en 1989, y eso es lo que Agassi se encargó de hacer, sin darse cuenta que algunas veces dormía y otras simplemente parecía esconderse de sus propios sueños, tal vez sin imaginar que muchos de sus sueños iban a ser seguidos por amantes del tenis alrededor del mundo, incluyendo a Cali, Colombia entre ese mundo. Hoy después de tantos años, 20 exactamente, ya el tenis norteamericano no tiene la rivalidad de ese entonces y en la clasificación de la ATP apenas recién aparece Andy Roddick en el séptimo puesto y solo 9 jugadores norteamericanos más en los cien primeros clasificados del puesto 28 en adelante. Por el lado de nuestro futbol no pasa nada, las noticias recientes dicen que no salimos del mismo ciclo perdedor, y que ahora la dupla Maturana - Bolillo quiere regresar a la selección Colombia como manager y director técnico, demostrando una vez más que nuestro país no solo es agradecido sino también incorregiblemente amnésico.

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