Blog dedicado a escribir y reflexionar sobre cualquier cosa, como un ejercicio diario? semanal? mensual? Este es un cuaderno que me imagino rojo y que viaja desde Colombia hasta Canadá, y que ocasionalmente se queda en el mar Caribe, mirando hacia el mediterráneo y mirando desde la imposible fuente del parque del Peñón en Cali.
viernes, 28 de junio de 2013
Entrevista Tego Calderon + música de Viernes....
Entrevista realizada por Jasmine Garsd en el programa Alt.Latino de NPR (National Public Radio) a Tego Calderon. Música desde Puerto Rico. Plus música de Ismael Rivera...
http://www.npr.org/blogs/altlatino/2013/05/20/185511016/black-puerto-rican-and-proud-guest-dj-tego-calder-n
lunes, 17 de junio de 2013
La Habana no diluida de Pedro Juan Gutiérrez
Pedro Juan Gutiérrez, Centro Habana.
Cuentos o
relatos de dos o tres páginas, escenas crudas de La Habana, de Cuba; quizás no
aptas para todos los lectores. Algún vestigio de poesía, de simpleza, de una cotidianidad
apabullante que aplasta y hace sangrar. Insuficientes e imprecisos adjetivos
para acercarme a la literatura de Pedro Juan Gutiérrez (Matanzas, Cuba, 1950). Hace
un año o dos una estudiante cubana del doctorado me escribió este nombre entre
sus recomendaciones de la narrativa de su país, en ese entonces yo andaba un
poco más propenso a leer a Wendy Guerra (La Habana, Cuba, 1970), ganadora del
primer Premio de Novela Bruguera en el 2006 con su novela Todos se van (nota curiosa: se lee en los preliminares de la novela
publicada que dicho premio se otorgó por un jurado único, el escritor español
Eduardo Mendoza, lo anterior no le quita calidad a la obra pero si le agrega
cierto morbo). De Wendy Guerra compré su novela sobre el itinerario de Anais
Nin en Cuba titulada Posar desnuda en La
Habana (2011) y de la cual no terminé del todo atrapado aunque completé todas
sus 197 páginas. Ahora leo Todos se van
y encuentro que se conecta de forma más directa con lo que por lo menos ahora
quiero leer.
Veo en el Facebook
fotos de La Habana, visitas, viajes que muestran un cielo muy azul, despejado y
también una ciudad que pareciera que no terminara de descascararse nunca. La
ciudad de Pedro Juan y de Wendy, la misma y diferente a la vez…
Por ahora escojo
el paisaje que describe Pedro Juan, un paisaje un tanto diluido entre el asco y
el denominado “realismo sucio” con que se nombra su literatura. Escojo un párrafo
no sucio para lectores castos…si es que estos existen…
“Cuando me quede solo tenía
mucho tiempo para pensar en todo eso. Yo vivía en el mejor sitio posible del
mundo: un apartamento en la azotea de un viejo edificio de ocho pisos en Centro
Habana. Al atardecer preparaba un vaso de ron muy fuerte, con hielo, escribía
unos poemas duros (a veces medio duros,
medio melancólicos) que dejaba por ahí, en cualquier lugar. O escribía cartas.
A esa hora todo se pone dorado y yo miraba mis alrededores. Al norte el Caribe
azul, imprevisible, como si el agua fuera de oro y cielo. Al sur y al este de
la ciudad vieja, arrasada por el tiempo, el salitre y los vientos y el
maltrato. Al oeste la ciudad moderna, los edificios altos. Cada lugar con su
gente, sus ruidos y su música. Me gustaba beber el ron en el crepúsculo dorado
y mirar por las ventanas o quedarme un buen rato en la terraza, mirando la
entrada del puerto, con esos viejos castillos medievales, de piedra desnuda,
que en la luz suave de la tarde parecen aún más hermosos y eternos. Todo eso me
estimulaba a pensar con alguna lucidez. Pensaba por qué mi vida era así.
Intentaba entender algo. Me gusta sobrevolarme, observar de lejos a Pedro Juan.”
Pedro Juan Gutiérrez, “El
recuerdo de la ternura”. Trilogía Sucia
de La Habana.
Entrevista Pedro Juan Gutiérrez
viernes, 7 de junio de 2013
Los sueños y la Johansson
Hoy leí en un diario que la actriz Scarlett Johansson presentó una demanda en la corte de París contra el escritor francés Gregoire Delacourt. Mejor dicho, demanda al editor del escritor francés que en su libro " La premiére chose qu´on regarde" (La primera cosa que miramos) detalla en su novela un personaje que recuerda o puede ser el doble de la actriz neoyorquina.
La demanda: “reparar los daños causados por la violación y el uso fraudulento de los derechos relativos a la personalidad” ?! de S. Johansson???
La nota dice
que en su libro el autor descubre un encuentro entre un mecánico “parecido a
Ryan Gosling” y una modelo que podría ser la doble perfecta de la Johansson
(bueno la verdad no he leído el libro y no sé si el autor dice podría o es la doble perfecta). Pero el fondo del asunto es que el personaje
masculino cree que la mujer es Scarlett Johansson y 60 páginas después este se
da cuenta de su error y que dicha mujer no es otra que Jeanine Foucaprez.
Con esta
absurda y disparatada noticia me doy cuenta que Delacourt es un superventas
(best seller, 100.000 copias vendidas no sé dónde, pero vendidas) que ya había
publicado en 2012 otra novela distribuida en 47 países titulada “La lista de
mis deseos” y que está en proceso de ser adaptada para el cine.
Delacourt
antes de ser demandado esperaba que “la primera cosa que miramos” fuera algún
día llevada al cine con la Johansson en el papel estelar…??
Ahora si no sé
qué pensar, ¿si se sueña con la Johansson no se puede entonces escribir o
describir ese sueño en una obra de ficción? Negativo si se describe un sueño y
negativo si se describe lo vivido… tal vez por esto Carlos Fuentes se gastó 232
paginas para repasar su historia personal con la actriz Jean Seberg entre los años 1969-1970
en su novela publicada en 1994 (La Seberg murió en 1979) titulada “Diana o la
cazadora solitaria”, reemplazando el nombre de la Seberg por el de Diana Soren.
En dicha ocasión la realidad, por lo menos la que describe Fuentes pasó al
territorio nebuloso de los sueños. Curioso entonces ver una de las portadas del
libro de Fuentes (no la de la primera edición) donde el rostro de la mujer es
sin duda la misma Seberg. ¿Podría entonces Delacourt eliminar su referencia a
la Johansson pero voltear a la mujer del vestido rojo de su portada hasta parecerse a la inocente
esposa de Lost in Translation?
miércoles, 27 de marzo de 2013
Publicación en Antología: Notas Viajeras
Aprovechando un viaje a la
Florida en el verano pasado, tomé en serio la propuesta de Juan de enviar una
historia que tuviera como eje central el tema del viaje: uno real, imaginado o
soñado. Revisé el blog de la convocatoria titulado Notas Viajeras y pensé en alguna idea para el texto. A parte de
incluir (como siempre) ropa que no utilicé, así como un cuaderno delgado donde
se escribiría el relato, decidí imprimir el cuento de García Márquez El avión de la bella durmiente (1982) con
la romántica idea de leerlo, releerlo en algún trayecto del vuelo. Imprimí
también otro cuento con el mismo titulado colgado en la red, este de un autor
diferente como resultado de un taller de escritura creativa. Lo firmaba Hannah
Unger y narraba el mismo viaje de París a New York pero a diferencia del de
García Márquez en versión femenina. Con esos dos cuentos me fui y con un
ejemplar de fin de semana del periódico The Globe and Mail que me duró todo el
viaje hasta el regreso.
El viaje en avión fue placentero,
el tiempo en las playas lo esperado y las carreteras no presentaron ningún
contratiempo. Al final regresé sin nada escrito por supuesto y solo días
después entre clase y clase de Gabriela de natación, fui escribiendo la
historia del viaje, de un supuesto viaje realizado, imaginado o soñado como
decía la convocatoria. Escribí sobre lo que recordé de hace mucho tiempo de mis
barrios de infancia en Cali, de una novela que nunca se terminó, de alguien de
nombre Valentina, del cine francés como siempre con la escena final de la
Seberg en Sin Aliento (1960),
cerrando sus labios y ese gesto de los dedos sobre su boca. Escribí de un viaje
que nunca he hecho, del posible regreso a Cali y del regreso a un sitio nunca
visitado, acaso un sitio solo leído. De todo eso se trata mi cuento publicado
en la antología Notas Viajeras, nuevos
autores latino-canadienses que enlazo a continuación.
El nombre del cuento: Viaje
a Marshalltown.
Blog información del proyecto: Notas viajeras
Dirección para adquirir la antologia: Broken Jaw Press Inc.
Jean Seberg, Sin aliento (1960)
viernes, 11 de enero de 2013
Musica (Chico Buarque)+ Luiz Ruffato+ Sao Paulo
Música de Chico Buarque y párrafos de Ellos eran muchos caballos de Ruiz Ruffato: historias surcadas por la violencia y el día a día de una ciudad llena de alegrías y tristezas.
Construcción
Chico Buarque - Daniel Viglietti/1982
Amó aquella vez como si fuese última
besó a su mujer como si fuese última
y a cada hijo suyo cual si fuese el único
y atravesó la calle con su paso tímido
subió a la construcción como si fuese máquina
alzó en el balcón cuatro paredes sólidas
ladrillo con ladrillo en un diseño mágico
sus ojos embotados de cemento y lágrimas
sentóse a descansar como si fuese sábado
comió su pan con queso cual si fuese un príncipe
bebió y sollozó como si fuese un náufrago
danzó y se rió como si oyese música
y tropezó en el cielo con su paso alcohólico
y flotó por el aire cual si fuese un pájaro
y terminó en el suelo como un bulto fláccido
y agonizó en el medio del paseo público
murió a contramano entorpeciendo el tránsito
amó aquella vez como si fuese el último
besó a su mujer como si fuese única
y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo
y atravesó la calle con su paso alcohólico
subió a la construcción como si fuese sólida
alzó en el balcón cuatro paredes mágicas
ladrillo con ladrillo en un diseño lógico
sus ojos embotados de cemento y tránsito
sentóse a descansar como si fuese un príncipe
comió su pan con queso cual si fuese el máximo
bebió y sollozó como si fuese máquina
danzó y se rió como si fuese el próximo
y tropezó en el cielo cual si oyese música
y flotó por el aire cual si fuese sábado
y terminó en el suelo como un bulto tímido
agonizó en el medio del paseo náufrago
murió a contramano entorpeciendo el público
amó aquella vez como si fuese máquina
besó a su mujer como si fuese lógico
alzó en el balcón cuatro paredes flácidas
sentóse a descansar como si fuese un pájaro
y flotó en el aire cual si fuese un príncipe
y terminó en el suelo como un bulto alcohólico
murió a contromano entorpeciendo el sábado
Construcción
Chico Buarque - Daniel Viglietti/1982
Amó aquella vez como si fuese última
besó a su mujer como si fuese última
y a cada hijo suyo cual si fuese el único
y atravesó la calle con su paso tímido
subió a la construcción como si fuese máquina
alzó en el balcón cuatro paredes sólidas
ladrillo con ladrillo en un diseño mágico
sus ojos embotados de cemento y lágrimas
sentóse a descansar como si fuese sábado
comió su pan con queso cual si fuese un príncipe
bebió y sollozó como si fuese un náufrago
danzó y se rió como si oyese música
y tropezó en el cielo con su paso alcohólico
y flotó por el aire cual si fuese un pájaro
y terminó en el suelo como un bulto fláccido
y agonizó en el medio del paseo público
murió a contramano entorpeciendo el tránsito
amó aquella vez como si fuese el último
besó a su mujer como si fuese única
y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo
y atravesó la calle con su paso alcohólico
subió a la construcción como si fuese sólida
alzó en el balcón cuatro paredes mágicas
ladrillo con ladrillo en un diseño lógico
sus ojos embotados de cemento y tránsito
sentóse a descansar como si fuese un príncipe
comió su pan con queso cual si fuese el máximo
bebió y sollozó como si fuese máquina
danzó y se rió como si fuese el próximo
y tropezó en el cielo cual si oyese música
y flotó por el aire cual si fuese sábado
y terminó en el suelo como un bulto tímido
agonizó en el medio del paseo náufrago
murió a contramano entorpeciendo el público
amó aquella vez como si fuese máquina
besó a su mujer como si fuese lógico
alzó en el balcón cuatro paredes flácidas
sentóse a descansar como si fuese un pájaro
y flotó en el aire cual si fuese un príncipe
y terminó en el suelo como un bulto alcohólico
murió a contromano entorpeciendo el sábado
miércoles, 9 de enero de 2013
Ciudades, libros y locura
De una entrevista de la revista
Semana, veo un video donde han sido invitados tres escritores colombianos para
hablar de libros, de experiencias y de la nunca olvidada pregunta acerca del
compromiso social del escritor. Antonio Montoya, Ricardo Silva y Juan Gabriel
Vásquez. Antonio Montoya quizás no es Antonio Montoya pues no me acuerdo de su
nombre aunque ha escrito La Siempreviva.
Al final hablan de libros para recomendar y editoriales independientes,
entonces surge el nombre de la editorial Rey+Naranjo.
Entro a su página web, pues hoy lo que no tenga una no existe. La imagen de la
página es blanca, limpia, propio de un diseñador gráfico y de una fotógrafa,
los dos dueños. El catálogo de literatura es limitado, no así los libros de
comics, gráficos y de arte. Dentro del catálogo de literatura están Andres Burgos,
colombiano que he escuchado pero no leído y Luiz algo, o Luis Ferruzi. No sé.
Escritor Brasilero de padres italianos. Ahora no tengo internet para revisar y
precisar los datos. No hay internet en toda la ciudad. Debería escribir a mano,
en mi cuaderno rojo, pero caigo en la pereza y lo hago directamente en mi Sony
Vaio de un lustro que aún se niega al retiro.
El libro que publica Rey+Naranjo
se llama: Ellos se llaman caballos.
No. Ellos eran muchos caballos y el
escritor Luis Ruffato. Leo que es un recorrido por Sao Paulo a través de
viñetas, de historias cortas que forman la novela. Quizás este sea el libro que
pida traer de Colombia. Ahora me interesan más las ciudades pero a través de la
literatura, la ciudad narrada. La narración que nace de la vorágine de alegrías
y miedos que recorren las calles y avenidas. Las ciudades narradas. Ciudades en
expansión, ciudades en crecimiento. Pero también ciudades que mueren? Acaso
mueren las ciudades hoy? Leo hace unos días una crónica sobre Detroit titulada La ciudad que se encoge, y entonces se
narran las familias que se van y las casas que se abandonan, las que se come la
hierba y se pierden en los recuerdos que ahora vagan por otras ciudades que
ofrecen un futuro mejor. Ciudades que se encogen y otras que crecen. Sao Paulo
creciendo, desbordada u organizada, así como la quieren muchos y la quiso el
desaparecido Niemeyer. Brooklyn, New York, la ciudad de Teju Cole, el escritor
de Lagos, que a partir de los diecisiete años vive en Nueva York y que ha
escrito una novela que es un recorrido por la ciudad que conoce y que descubre
a través de los pasos de Julius, su personaje. La novela de Teju Cole titulada Open City.
Finalmente otro libro, no de ciudades pero que tiene lugar una vez más en Nueva York, la narración del ingreso a la locura de Susannah Cahalan, la periodista que sin entenderlo se desconecta y se ve en una clínica atendida como una loca. Similar al cuento de Garcia Marquez Solo vine a hablar por teléfono pero a mi juicio más creíble; aunque es natural pues la narración de Susannah Cahalan viene de su vida real, de su propia experiencia. Su libro Brain on Fire. My month of madness.
Finalmente otro libro, no de ciudades pero que tiene lugar una vez más en Nueva York, la narración del ingreso a la locura de Susannah Cahalan, la periodista que sin entenderlo se desconecta y se ve en una clínica atendida como una loca. Similar al cuento de Garcia Marquez Solo vine a hablar por teléfono pero a mi juicio más creíble; aunque es natural pues la narración de Susannah Cahalan viene de su vida real, de su propia experiencia. Su libro Brain on Fire. My month of madness.
Tres libros para leer: Ellos eran muchos caballos de Luis
Ruffato. Open City de Teju Cole. Brain on Fire de Susannah Cahalan.
lunes, 26 de noviembre de 2012
Visaro
Cortázar + Goya
Leyendo Trilce de Vallejo, aquel libro de poemas publicado en 1922 con un
tiraje de 200 ejemplares y que definiría la vanguardia poética de las letras
hispanas, repaso los viajes que dichas letras relacionan con otras que ya hemos leído antes; y entonces tomo las palabras del “maquinista” que no se
si son propias o prestadas cuando dice: Poeta:
redes extrañas entre realidades distantes. Y creo no una nueva maquina, o
por lo menos no de forma consciente, pudiera parecer más bien un piñón de dicha
maquina, pero lo que encuentro es un artefacto, una herramienta que nos
permite, no ver, sino solo delimitar y enfocar nuestra vista, un simple aro de
metal que no llega a ser un catalejo, un aro por donde se ve un cuadro, se lee
un libro o se ve a un niño correr en la playa. El mismo aro que enfoca el
cuadro pero que permite verlo fuera del aro, ver dentro del aro, o ver fuera
del aro, enfocar las paginas del libro, o enfocar las letras que se escapan del
aro, ver al niño correr, o ver fuera la pelota que se aleja y por la que tanto
corre antes de irse al mar.
El aro se lleva en el bolsillo,
sin necesidad de mucho espacio, dejando que su uso irresponsable superponga
todo a su alcance. El aro sirve pero a la vez es inútil al enfrentar las
variantes de cualquier camino, con la ventaja que nuestro recorrido, formado de
lecturas, ideas, rabias, amores, pinturas, imágenes, sonidos, nostalgias,
alegrías y revisitas, se puede hacer y deshacer un sin numero de veces con la
certeza de nunca estar en el mismo punto. Leo a Vallejo y pienso en aquel
rincón que se me vuelve un extenso campo inexplorado:
XV
En el rincón aquel, donde dormimos juntos
tantas noches, ahora me he sentado
a caminar.
Esta noche pluviosa,
Ya lejos de ambos dos, salto de pronto…
Son dos puertas abriéndose y cerrándose,
dos puertas que al viento van y vienen
sombra a sombra.
Cesar Vallejo, Trilce
(1922).
Leo y pienso en
el salto que a nuestros ojos representa el mundo, el salto que forman las
imágenes y las lecturas de aquellas, las lecturas de la pugna de unas letras
junto a otras que nos refieren a las cosas y que algunas, muchas veces, nos
refieren a nosotros mismos en un recorrido anterior, recorrido futuro o un
recorrido instantáneo; las palabras que veo a través del aro que no me atrevo a
nombrar, pero que al pensar en Trilce
y el posible origen de dicha palabra que no existe, Trilce, y que puede evocar tanto a tres como a la yuxtaposición de triste y dulce, me pone a
pensar en el artefacto/herramienta con el que trato de visualizar el viaje, los
caminos y sus cruces con las variantes que tomo y las que no tomo, entonces me
viene la idea de visor y de aro, llegando a la obviedad de la
palabra visaro y la idea indefinida
de unidad.
La mirada del visaro mira una pagina de Cortázar,
dejando por fuera la obra de Goya y viceversa, mira múltiples universos socio-culturales,
mira las obras de dichos universos, que a su vez tienen su origen en un cruce y
encuentro de caminos. Buenos Aires, París, Zaragoza, Burdeos, Roma.
jueves, 8 de noviembre de 2012
El Perro y el Automóvil
Hoy se clausura en España la Octava Conferencia Internacional Literatura
y Automóvil, organizada por la Fundación Mapfre. La inauguración fue el
pasado lunes 5, con la conferencia del querido y no tan querido Bryce Echenique
(aquel del plagio y la polémica en el reciente premio de la Feria de
Guadalajara en México); pero lo que realmente me interesa (y como siempre cada elección
es subjetiva) es la conversación que sostuvieron el martes 6 los escritores
Paul Theroux (Massachusetts, 1941) y Cees Nooteboom (La Haya, 1933), este ultimo no tiene mucho
que ver en el denominado Boooom de que escribí la semana pasada. La charla que
sostuvieron y que fue moderada por el periodista y editor cultural de El País de España Juan Cruz, se titulo: Dos en la carretera. El titulo no podía ser
otro tratándose de la presencia del viaje en las obras de ambos escritores y debido
al tema mismo de la conferencia.
Otro tema interesante fue el presentado por
James Ellroy (Los Ángeles, 1941) y titulado:
El automóvil en la novela negra. De Ellroy me viene más a la mente el
recuerdo de dos de sus obras llevadas al cine: The Black Dahlia (1987) y
L.A. Confidential (1990), la primera
con Hilary Swank y Scarlet Johansson recreando aquel crimen no resuelto de
Elizabeth Short ocurrido en Los Ángeles en 1947. La segunda con la rencontrada
Kim Basinger.
Bueno pero mi interés, antes que en novela
negra, se centra en la novela de viajes, de encuentros y casi por obligación y permeabilidad, de
transposiciones, conexiones, convergencias e intertextualidades. Pues cada
viaje de Theroux y Nooteboom se relee y se rescribe en el momento de enfrentarnos a sus textos.
Aquí un paréntesis, el verbo enfrentar, enfrentarnos. Reviso las definiciones que trae el RAE (Real
Academia Española) y busco los motivos por los cuales no me gusta dicho verbo
al hablar de dos textos, pero encuentro que la primera definición habla de poner frente a frente, y entonces, sin explicación,
entiendo que para mi de alguna forma las dos siguientes definiciones son las
que primero vienen al escuchar dicho verbo. Hacer
frente al enemigo y hacer cara a un
peligro. Entonces encuentro que las relaciones que hacemos entre palabras y
significados que puede ser tan dispar como aquella de lectores y escritores, y
que de cierta forma viene alimentada de nuestro consumo: visual, auditivo,
textual y hasta sexual. En fin, enfrentar
debe ser entonces un buen verbo. (Hoy hable a los estudiantes de español de lo nutritivo de la lectura?)
La vida trashumante de ellos, Theroux y
Nooteboom, puede ser un buen pretexto para viajar, para continuar o regresar por
ese viaje que anuncian las imágenes, las palabras y los recuerdos. De los
libros solo nombrar dos: My Other Life
(1996) de Theroux sobre la vida ficcional del propio escritor y sus viajes
entre África e Inglaterra. Lost Paradise
(2004) de Nooteboom sobre dos mujeres brasileñas que viajan a Australia, y un crítico
literario Holandés que viaja a un spa en Alemania.
Dentro de tanta intertextualidad se puede
llegar a la confusión y a la perdida total, perdida de rumbo, de caminos, como
este que dejo a propósito, pues en esta entrada se hizo alguna referencia del automóvil,
o por lo menos su contexto, pero del perro?
Del perro escribiré después.
domingo, 4 de noviembre de 2012
Poemas de José Juan Tablada
La masía, Miró (1921-22)
Dos poemas de José Juan Tablada, México 1871-1945: su poesía superpuesta sobre el rastro del maestro del Haiku: Basho, Japón 1644-1694. A diferencia del texto original de Tablada rodeado de los dibujos de Best Maugard, se superpone La masía (1921-22) de Miró, aquel traslapo donde los objetos se yuxtaponen marcando la distancia y la perspectiva entre ellos. Hay un primer plano de objetos, sobre un segundo plano liderado por la casa. De igual forma la poesía de Tablada deja ver de entre sus palabras, las figuras de un Basho incandescente.
Hotel "La Esperanza"
En un mar de esmeralda
buque inmóvil
con tu nombre por ancla.
(Bogotá, Colombia)
El Jarro de Flores, De Camino, 1922
Panorama
Bajo de mi ventana, la luna en los tejados
y las sombras chinescas
y la música china de los gatos.
El Jarro de Flores, Paisajes, 1922
boooom (latinoamericano)
Tomando una fuente que de forma paulatina adquiere mayor aceptación, pero que de igual forma (y no se si por su carácter colaborativo y anónimo) mantiene gran reticencia de parte de los puristas del uso de las enciclopedias, encuentro un listado de los autores latinoamericanos que la historia, dicha historia, incluye como representantes del boom latinoamericano y otra de precursores del mismo boom; me doy cuenta, sin emitir ningún juicio que sueñe ser absoluto, que mis preferencias han estado con los autores que precedieron lo que el negocio editorial termino por impulsar como el boom latinoamericano.
Desde hace algunos años ha hecho carrera la idea de la negación del boom, de aquella frase de "matar al padre" que la verdad no entiendo (me explico o creo explicarme: los que hablan de "matar al padre" no niegan al boom, por lo menos no de forma sincera. Lo reconocen, lo admiran y lo niegan). Es como una tendencia de decir lo importante del boom y lo alejado que estamos ahora de él, no solo hablando del tiempo sino de los intereses que dichas narrativas abrían para nosotros.
Es evidente y natural el cambio de los tiempos, de las tecnologías y de los encantos y desencantos de la vida, moderna o postmoderna como dicen los pensadores; por lo cual deben ser natural los diversos caminos que las narrativas han ido tomando desde aquellas décadas de los sesentas y los setentas.
Nada tan alejado como negar el interés que genera en los lectores de hoy alguna novela de Fuentes, Vargas Llosa, García Márquez o Cortázar, por nombrar algunos. Y nada tan alejado como el negar los puntos de contacto de aquellas historias con nuestras sociedades del siglo XXI. Otra Maga puede estar a la vuelta de la esquina.
Creo que no se trata de estar a favor o en contra, o estar a favor con una lapida en la mano, una reverencia por aquellos maestros canónicos y una pila de sus libros en los estantes de los libros que nunca serán buscados. La única verdad debería de ser el regreso y la re lectura de los libros a los que no podemos resistirnos.
La lista de autores según Wikipedia de autores precursores del boom: ocho autores entre los cuales están cuatro que rondan mis lecturas y re lecturas: Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Juan Rulfo y Juan Carlos Onetti.
Opiniones contemporáneas sobre el boom:
sábado, 3 de noviembre de 2012
reinicio del lector
A Canterbury Tale, 1944
Todo en este blog llega a veces tarde, anacrónico quizás como son las lecturas o las películas que terminan por gustarnos. Esas o esos que se atraviesan a tareas más urgentes. Ahora debo de preparar una presentación sobre el relato de Borges titulado El Inmortal, ¿y como hacerlo sin referirme a los sucesos que se narran en el texto y como referirme sin evitar en la tentación de terminar por leerlo palabra por palabra hasta agotar el tiempo del ejercicio? Cualquier lectura diferente será incompleta. Por ahora el texto de Borges me refiere a la imagen de un hombre que ve en una película la imagen y el recuerdo de otra que ha visto anteriormente y de la que no recuerda su nombre. Debo corregir o mejor precisar, pues no ve la misma imagen, pero dicha imagen le trae en forma de recuerdo la otra. Ambas son diferentes pero es en dicho espectador donde las dos se conectan, se establecen en el presente como si compartieran un mismo origen. Dicho suceso lo he tomado de Victor Burgin quien lo cuenta en un pequeño libro de hermosa portada recostada en azul con el rostro de una mujer tomada de la película A Canterbury Tale (1944) de Michael Powell and Emeric Pressburger. El Libro de Burgin: The Remembered Film (2004).
La memoria crea conexiones y relaciona, ignorando el peso del tiempo, significados diversos: textos, películas, rostros, voces y/o el murmullo de un poema. Dichas interconexiones, relaciones o vínculos no existen, y solo son posibles con la intervención del lector, de aquel lector de textos, películas rostros, voces y/o el poema que ya leyó antes y que ahora relee en uno nuevo.
"La historia que he narrado parece irreal porque en ella se mezclan los sucesos de dos hombres distintos"
jueves, 18 de octubre de 2012
Un Mundo para Bryce
Alfredo Bryce Echenique, escritor peruano nacido en 1939, lleva escribiendo durante muchos de sus 73 años, con obras que son consideradas por muchos como memorables en la literatura latinoamericana, como Un Mundo para Julius (1970) y La Vida Exagerada de Martín Romaña (1980) entre otras, su obra pasa por el cuento, la novela, ensayos y artículos Hasta ahora no he leído ninguna, por lo cual mi opinión considero sera algo objetiva.
La cuestión: el jurado de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL) le concedió este año el Premio de Literatura Lenguas Romances como reconocimiento al conjunto de su obra narrativa. Ahora bien, el premio que se le debe entregar el próximo 24 de Noviembre, viene cargado por la polémica alrededor de unas acusaciones de plagio alrededor de artículos que escribió tomando títulos y párrafos enteros de escritores menos conocidos (estas acusaciones vienen desde el año 2006). Entonces: hay dos bandos, el oficial (organizadores del premio y 109 intelectuales y escritores que han firmado una carta en su apoyo) que defienden el fallo del jurado argumentando que el premio recae sobre la obra narrativa (cuento y novela) y no la de no ficción (ensayos y artículos ; y la de otros intelectuales y escritores que consideran inadmisible entregarle dicho galardón y los 150 mil dólares del premio a un plagiario.
Como dije de su obra no he leído nada, ah si, solamente el cuento Con Jimmy, en Paracas (1968) que se incluyó en una antología titulada 16 Cuentos Latinoamericanos (1992). Ahora bien, desde mi humilde opinión, lo mejor que se puede hacer con Bryce ( y ante las dudas, por si acaso) es leer algo de su obra y dejar que el dichoso premio se lo lleve otro autor "reconocido", de esos que las editoriales y el mundillo del libro necesitan promocionar para incrementar sus ventas. No soy abogado ni juez, solo me remito a la aparente cantidad de acusaciones de plagio y a las palabras poco claras de defensa del escritor, así como a la ausencia de algo de dignidad para declinar un premio envuelto en una polémica que su obra "narrativa" de seguro no necesita.
http://redaccion.nexos.com.mx/?p=4238
Las Palabras de Bryce:
http://peru21.pe/noticia/460221/alfredo-bryce-plagio-homenaje
El Premio:
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/09/03/actualidad/1346682330_766783.html
La Polémica:
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/10/19/actualidad/1350600768_039993.html
Postdata: Dos bellos títulos en los libros de Bryce (me refiero solo a los títulos, y quizás porque me gusta la palabra "huerto") que podrían ser interesantes de leer: Huerto Cerrado (1968) y El Huerto de mi Amada (2002), el primero libro de cuentos y el segundo novela. Dentro de Huerto Cerrado, un relato con un titulo inquietante: El Descubrimiento de América. La desilusión "América se estaba cambiando."
miércoles, 17 de octubre de 2012
El salto de Vargas LLosa
Dos noticias de la semana pasada que leí en El Espectador de Bogotá sobre Mario
Vargas Llosa me hicieron pensar una y otra vez en la sutil diferencia que existe
(aunque muchos no lo vean así o no lo quieran ver) entre las palabras escritas
en el texto (tradicional o digital) y la persona que las ha escrito. Y en el juego de analogías la cosa se ve mas
complicada, pues si lo escrito es el hijo amado de su escribidor, entonces
cualquier reparo al hijo jamás será perdonado por dicho padre. Y de forma
contraria, ¿si el padre nos ofende, entonces lo seguiremos leyendo sin inmutarnos?
No he sido lector ni seguidor encantado o desencantado de
Vargas Llosa, como si lo fui de Cela, pero en este juego me creo lector
juicioso, divertido y profesional de Vargas Llosa y entonces leo la primera
noticia que se titula así: Vargas Llosa: “los
toros son fuente de inspiración de artes y letras”, Oct 13 de 2012. Palabras
mas palabras menos el premio nobel peruano va a Toro en Zamora, España y recibe
un homenaje por su apoyo a la tauromaquia, la cual ha elevado a hecho cultural.
Trascribo un párrafo: Vargas Llosa aseguró
que si abolieran las referencias a los toros se empobrecerían la poesía, la
pintura, la música o la filosofía, ya que la tauromaquia “ha irrigado prácticamente
todas las manifestaciones de la creatividad, artística y cultural”. ¿? (Los
interrogantes son míos) Indiferente si se esta de acuerdo con la “fiesta” brava
o no, si se es indiferente y se encuentra mas interés en comentar el salto de
Baumgartner desde el borde de la estratosfera para superar la velocidad del
sonido y varios records mas; la mayor caída al vacío es la del incansable
Vargas Llosa con un argumento tan absurdo que casi ni vale la pena rebatir. ¿Acaso
la guerra, las guerras, matanzas, genocidios, no se han reflejado en diversas
expresiones artísticas? ¿Acaso no es cierto que no conoceríamos el Guernica de Picasso si el bombardeo alemán
al pueblo español del mismo nombre no se hubiera llevado a cabo en aquel Abril
de 1937?
Entonces siguiendo mi fervor por Vargas Llosa o mejor, mi pretendido fervor
por sus escritos, me pregunto si es posible tomar pinzas y reprochar a la
persona, si se quiere ser mas extremo e intolerante, decir odiar a la persona,
pero continuar pagando por sus ficciones para sentarse a leerlas en una tarde
de domingo? Los más “civilizados” y utópicos dirían sin lugar a dudas que si,
pero los más terrenales podríamos quizás continuar sus lecturas, reducir la frecuencia
de las mismas, dejar que el desinterés nos lleve por otros caminos, pero lo que
si sería difícil de negar es pretender que las posibles posteriores lecturas fueran
de alguna forma las mismas.
Posdata: ¿Es justo apoyarse en Arguedas para apoyar su
defensa de la “fiesta” Brava?
jueves, 4 de octubre de 2012
Fractales
by Allison Diaz
Imágenes fracturadas como palabras, que invitan a formar un discurso, que se superponen como culturas milenarias, de las que leemos con asombro y a veces con demasiada distancia. Se toma una imagen y se trata de entender, de describir en nuestro imaginario, de domesticarla o de permitir que nos reconstruya. Se toma un texto y se inicia un camino que puede no tener destino, pero que narra ese otro que no somos, que no fuimos pero que secuestramos en las lecturas. Secuestrar quizás no es apropiado, pero son las palabras que bombardean nuestro tiempo. El fractal se recompone de forma imposible, solo para un segundo que no termina y que ya no dejamos escapar.
miércoles, 3 de octubre de 2012
Palimpsestos espaciales
Proyecto Gehry-Mirvish, Toronto 2014
Cuando se escribe un texto no
solo se emplea un papel en blanco, o ahora una pantalla vacía, se utilizan
textos que recorren la cabeza del escritor, palabras que se han ido juntando y
trasponiendo, remplazándose hasta creer llegar a una destino final. Este texto
escrito se corrige, al margen, tachando, sobrescribiendo, suprimiendo si se quiere. Sin embargo algo de
ese texto inicial se resiste a ser abandonado dejando mas adelante campo para
la revancha o el error. Un texto definitivo es un texto que puede ser cambiado,
utilizando la capa de una escritura anterior: el Códice Selden de los Mixtecas
con huellas de escrituras borradas, palimpsestos;
los monumentos de piedra Zapotecas y Mayas, que fueron enterrados, mutilados o
movidos para recontar una nueva historia. Palimpsestos:
manuscrito antiguo que conserva huellas
de una escritura anterior borrada artificialmente. ¿Qué puede quedar en la
arquitectura, en una construcción sobre las ruinas de la precedente? Física y
espacialmente podría ser nada pero a nivel de imaginario, individual o
colectivo: mucho, ¿demasiado? ¿Palimpsestos?
Leo sobre el proyecto de construcción de tres torres de apartamentos para el
centro de Toronto con el sello de Frank Gehry-David Mirvish. ¿Quién se puede negar? Una escritura/proyecto
nuevo que se erige sobre la destrucción de lo prexistente, nada nuevo: el olvido
del teatro Princess of Wales de 1993. ¿Qué puede hacer este ante un proyecto de
85 pisos de apartamentos? No se la historia del teatro para aumentar mas
dramatismo al asunto, solo del prestigio de Gehry, la inexorable llegada de la
modernidad y el imaginario que se queda en las mentes de los ciudadanos que
crecen, se multiplican y mueren. El proyecto puede no ser malo, su impacto de
seguro tampoco, lo único que se pide es que se debata y se despida lo que lentamente
se va y que lentamente no volverá.
Princess of Wales theatre, Toronto 1993
viernes, 28 de septiembre de 2012
miércoles, 26 de septiembre de 2012
El otro diluvio
Esta semana he oído y leído historias sobre el diluvio, no
solo el diluvio que leemos en La Biblia,
proveniente del Pentateuco judeo-cristiano
(antigua Mesopotamia), sino también los diluvios provenientes de las Metamorfosis de Ovidio (la Roma de
Augusto), del Popol Vuh de la región
del Quiché (Guatemala) y de los Ritos y
tradiciones del Huarochirí de la costa/sierra central del Perú. Todos
guardan conexiones o coincidencias como si pudieran quizás ser una misma
historia, posible o no geográfica y temporalmente, pero unidos en forma de
mitos e imágenes que nos llegan desde las lecturas infantiles. La historia del
diluvio se repite, como un pequeño fractal en algunos casos y que vemos a través
de los noticieros o a través de la conectividad de nuestros computadores,
celulares o tabletas. Del otro diluvio que quisiera traer voy a transcribir
palabras que lo han narrado, ejerciendo la libertad del lector y escribidor para
tomar las frases del relato impreso, escogerlas, saltearlas y ponerlas como si
estuvieran originalmente unas al lado de las otras: la destrucción del relato o
la invitación caótica de su lectura; haciendo énfasis en que he escrito invitación caótica y no lectura caótica.
… sopló un viento espeso y oscuro
que barrió en una amplia vuelta redonda el polvo y la dura yesca de mayo.
Entonces llovió. Y el cielo fue una sustancia gelatinosa y gris que aleteó a
una cuarta de nuestras cabezas. Llovió durante toda la tarde en un solo tono.
En la intensidad uniforme y apacible se oía caer el agua como cuando se viaja
toda la tarde en un tren. Pero sin que advirtiéramos, la lluvia estaba
penetrando demasiado hondo en nuestros sentidos. La tierra áspera y parda de
mayo se había convertido durante la noche en una sustancia oscura y pastosa,
parecida al jabón ordinario. Y así lo hicieron, mientras la lluvia crecía como
un árbol inmenso sobre los árboles. Vi a mi padre sentado en el mecedor,
recostadas en una almohada las vértebras doloridas, y los ojos tristes,
perdidos en el laberinto de la lluvia. Estábamos paralizados, narcotizados por
la lluvia, entregados al derrumbamiento de la naturaleza en una actitud
pacífica y resignada. Aterrorizada, poseída por el espanto y el diluvio, me senté
en el mecedor con las piernas encogidas y los ojos fijos en la oscuridad húmeda
y llena de turbios presentimientos…
Para los interesados en leer sobre los cuatro diluvios, dejo
aquí este enlace: http://lamaquinacultural.wordpress.com/2012/09/27/la-gran-inundacion/
Para los que quieren leer, releer o completar el caos del
relato desordenado, les dejo este enlace del Monólogo de Isabel viendo llover
en Macondo (1955):
Exterioridad y conectividad de poesías
Marilyn Monroe (1926-1962)
Recorriendo
textos, nombres, fechas y hechos se encuentra la poesía de Ernesto Cardenal
(Nicaragua, 1925), quien juega con sus palabras y lo que vemos a través de ellas. Lo leemos superponiendo una mujer rubia que nos deslumbra aún en la pantalla
con el rostro que reconocemos de Marilyn Monroe y la mujer que soñó ser
estrella de cine. El poema se titula Oración
por Marilyn Monroe. No es este el poema que transcribo, acaso es lo que pudo
haber escrito ella si su muerte realmente hubiera sido un suicidio:
Adiós.
Salgo como de un traje
estrecho y delicado
difícilmente
un pie
después despacio
el otro.
Salgo como de bajo
un derrumbe
arrastrándome
sorda al dolor
deshecha la piel
y sin ayuda.
Salgo penosamente
al fin
de ese pasado
de ese arduo aprendizaje
de esa agónica vida.
(1961)...
...solo la fecha, un año antes de su
muerte. La autora no fue Marilyn, tampoco Cardenal, fue otra mujer que apenas
voy conociendo y a la que llegué a través de las novelas y cuentos de su
amante, el escritor no profesional de apellido Onetti.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Las Máscaras
Untitled (Three women´s faces) 1964, Daniel Broadbender
En un blog leí que etimológicamente, persona significa máscara y que vivimos rodeados de máscaras, algunas más burdas que otras, pero todas falsas al fin y al cabo. A Eric Rohmer no le importaba contar la realidad en sus películas, solo le bastaba con contar la versión de dicha realidad a través de la percepción de cualquiera de sus personajes, y creo que en definitiva es lo mas sano y sensato, pues la realidad de una historia no existe, o mejor, existen tantas realidades como máscaras, y tantas máscaras como personajes de dicha historia.
En este verano empecé por tratar de terminar de leer un ensayo de Vargas Llosa sobre la narrativa del escritor Uruguayo Juan Carlos Onetti, un largo ensayo publicado bajo el titulo El viaje a la ficción (2008), una lectura que en medio de sus virtudes y defectos me llevo a leer, sin ningún tipo de pretensión o prisa, algún relato o novela corta de Onetti, reencontrándome con mi segunda lectura de El Pozo (1939), en la cual encontré nuevas claves y de seguro nuevos malentendidos.
Las máscaras en Onetti pueden ser infinitas y caprichosas, como la intención de Eladio Linacero que en El Pozo nos comparte su obsesión y necesidad imposible de reproducir un hecho pasado, de volver a estar "donde se estuvo" para, como dice atrapar el pasado y recuperar a la Ceci perdida, la que ahora duerme a su lado pero con una máscara diferente. Eladio pretender despertar aquella noche a Ceci para llevarla, sin explicaciones, a la misma calle donde se vieron antes de casarse, para hacerla caminar y venir hacia él como aquella vez. Ceci sin comprender nada lo hace, camina una y otra vez, se va y regresa, pero ya nada es igual, no tiene la misma cara, no piensa lo mismo. La derrota de Eladio se repite una y otra vez en la narrativa de Onetti, se repite en el relato Un sueño realizado (1941) y en muchos más, así como se repiten a veces los sueños, las personas, los odios, los amores y las lecturas.
La segunda lectura de Onetti no es la segunda, es realmente la primera y siempre se mantendrá así.
Eric Rohmer podría haber filmado alguna historia Onettiana, acaso si no hubiera sido tan receloso por trabajar sobre sus propias historias o tan desconfiado para girar sobre sus propias máscaras.
Dos preguntas sobre fantasmas: ¿Existió Don Quijote?, ¿Existe Latinoamerica? dos preguntas que escuché esta semana y sobre las cuales pienso en una posible respuesta de que seguro es falsa: Existe Santa Maria o Santamaria, aquel lugar cercano al Río de la Plata donde regresan y caminan los personajes de los que escribió Onetti, aquellas máscaras que ya que su relator se ha ido, caminan una y otra vez sin el cuidado o la preocupación de repetirse en un libro muerto.
Juan Carlos Onetti ( 1909-1994)
domingo, 6 de mayo de 2012
Norah Jones y los sueños
Norah Jones - Happy Pills (Little Broken Hearts)
En el año 1999 Florence Thomas publicó en el diario El Tiempo un articulo titulado Ojos bien cerrados, refiriéndose a la
película de Stanley Kubrick del mismo nombre Eyes wide shut (1999) para hablar de los sueños y de los fantasmas
que nos permiten vivir vidas diferentes a las que llevamos, como si fueran una
ventana por donde vemos caminos que no se tomaron; una ventana por la que se mira
Nicole Kidman al mirarse desnuda frente al espejo imaginando ser otra mujer.
Este articulo y el más reciente disco de Norah Jones crean algunas relaciones disimiles
que confluyen para mi.
La primera, por supuesto, el disco
de Norah Jones y su caratula donde retoma el poster de la película de Russ
Meyer Mudhoney (1965). Jones explica
que dicho poster era uno más en el estudio de grabación, y que día a día se detenía
más al verlo y pensar, leer o soñar en la mirada de esa mujer misteriosa del
poster, tratando de descifrarla e imaginando poder ser ella. Aquella película
de Meyer cargada de erotismo para algunos y pornografía para otros, donde la
chica del poster, Antoinette Christiani se pasea con sus pechos voluptuosos en
medio del maltrato de su marido y la atracción por la llegada de un desconocido
que trabaja para su tío; inspiró de igual forma al grupo musical de Seattle
conformado por Mark Arm que junto a Nirvana definieron el movimiento Grunge
durante la década de los noventas, el nombre de dicha banda no podría ser otro
que el mismo Mudhoney. La mirada algo
diabólica de la mujer del poster no guarda ninguna relación con la cara serena
de la mujer del cuadro de Klimt The Bride
(1917/18) que sirve de caratula de una novela que me encontré abandonada en un
pasillo de la universidad. Dicha novela de 99 páginas se llama en ingles Dream Story (en alemán Traumnovelle) de Arthur Schnitzler (1926),
y corresponde a la historia que inspiró el guion que escribieron Kubrick y Frederic
Raphael para filmar Eyes wide shut. En
ambas historias el hilo de los sueños tiene un peso relevante, pues en Eyes wide shut y Dream Story las fantasías sexuales, las aventuras que suceden en
los sueños y las posibilidades que no sucedieron moldean la historia de los
personajes. La chica del poster, Antoinette, no es Norah Jones, aunque ahora en
la portada de su más reciente disco titulado Little Broken Hearts (2012) se parezcan y jueguen a ser la misma; Norah
Jones sueña a Antoinette, así como la Kidman se sueña en otra historia que
libere sus deseos sexuales o le traiga algunas de las caras placenteras que
pertenecen al cuadro de Klimt. Quizás lo mejor para terminar e iniciar con
dichas relaciones disimiles sea escuchar a Norah Jones mientras se recorre la
lectura de Dream Story, pensando en
nuevas relaciones que podrían llevarnos al rostro de Keira Knightley en la
película de Cronenberg Dangerous Method
(2011) sobre Freud (contemporáneo y admirador de Schnitzler), Jung y su
relación con esta perturbadora mujer. Eyes
Wide Shut, Dream Story, Dangerous
Method y Mudhoney podrían incluir
una mujer más, una que sueña ser estos personajes y que en cierta forma podría coincidir con la
vida que Norah Jones piensa a través del poster del estudio de grabación, aquella
vida que existe a través de la maldad en los ojos de Antoinette y de la
indefensión que al mismo tiempo se ve en ellos.
Gustav Klimt, The Bride (1917/18)
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